martes, 28 de abril de 2009

Precariedad laboral en Venezuela y sus incidencia en las políticas de la V república


Las causas de la pobreza no son únicamente socioculturales. También influyen otras variables de naturaleza económica (producción y distribución de la riqueza), político-institucionales (eficiencia del estado en los servicios públicos, seguridad, protección social, educación, derechos civiles, entre otros), socio demográficas (estructura familiar, edad), y geográficas (ubicación, ventajas de la naturaleza y otras).

Estas variables son de carácter circular y lo que es una consecuencia social termina siendo una causa que impide la superación de la pobreza. No es fácil jerarquizar las causas de la pobreza pero en Venezuela, la principal causa tiene que ver con la dinámica económica y el marco institucional que ha impedido revertir esta condición. Los niveles de pobreza se han incrementado vertiginosamente durante losúltimos 25 años; en 1978 el 25% de los hogares eran pobres, mientras que para el año 2001 eran el 60%, los niveles de pobreza crítica se incrementaron del 10% a más del 30%. A partir de 1989 hasta hoy, se han generado incrementos importantes en este sentido, correspondientes a los ciclos recesivos de la economía, acompañadas de las devaluaciones de la moneda y los impactos del ingreso petrolero (INE, 2005a). La devaluación utilizada como ajuste fiscal, para expandir el gasto público cuando retroceden los precios petroleros, ha sido un mecanismo que empobrece a toda la sociedad y especialmente a los que menos pueden proteger sus ingresos (trabajadores informales). Como se mencionó, un buen número de países en desarrollo, han alcanzado altas tasas de crecimiento pero el nivel de vida de su población no ha mejorado.

Para Singer (1980) esto se debe a que estos países funcionan bajo un dualismo económico, donde el desempleo es la causa de las inmejorables condiciones de vida y las estrategias de los países no amplían la distribución del beneficio económico. En las economías en desarrollo, las sociedades están conformadas de tal manera que para la mayoría de la población la oportunidad de ganarse la vida no es un privilegio dada la escasa remuneración recibida, están subempleados o remunerados por debajo del límite (salario mínimo legal). Es el "pobre que trabaja" y nada permite suponer que su suerte sea mejor (el pobre que está al margen de la actividad económica).

Para Ugalde y otros (2004) el aumento de la pobreza en Venezuela esta íntimamente ligado con las condiciones del mercado laboral, pues la escasa demanda de empleos productivos (formales) ha hecho que entre 1990 y el año 2000 de cada 100 personas que ingresaban al mercado laboral sólo 12 hallaban trabajo en la economía formal, y el resto quedaba desempleado o subempleado en actividades de subsistencia propias del sector informal venezolano. En el país existe ausencia de crecimiento económico sostenido y una baja generación de empleos formales, pues según las cifras oficiales la fuerza productiva venezolana se encuentra en niveles de baja productividad (16,2% está desempleada y 43,1% en el sector informal, subempleada), situación que tiende a empeorarse debido al incremento de la oferta de trabajo. Venezuela lleva 25 años tratando de desarrollarse, por el contrario, a partir de 1979 se ha venido deteriorando circular y repetitivamente el ingreso familiar, pasando a una profunda crisis social, en que se presentan deficiencias alimentarias y de necesidades básicas, conduciendo a la deserción escolar e incrementando el mercado laboral informal como forma de supervivencia, y con mínimas posibilidades de ingresar al sector formal dado el escaso nivel educativo y las actitudes productivas adquiridas por la socialización en el sector informal.

Fuga de talentos

En Venezuela, desde hace varios años se ha venido presentado el fenómeno de la inmigración de la mano de obra calificada. En Argentina y en otros países Latinos, la fuga de cerebros a finales de la década los años 80 ya era ampliamente conocida, pero en Venezuela recién aparece a principios de los años 90, durante el proceso de ajuste económico en jóvenes profesionales, formados en la universidades venezolanas (financiadas con ingresos petroleros), los cuales fueron a nutrir los mercados de países desarrollados como EEUU y países de la Comunidad Económica Europea (Sequera, 1992). En el año 2000 existían oficialmente 91.000 venezolanos residenciados en EEUU, y para finales de ese mismo año podrían haber alcanzado los 200.000; a esta cantidad debe sumarse la cantidad de venezolanos descendientes de una buena cantidad considerable de inmigrantes que llegaron a Venezuela en busca de progreso y de una mejor patria (italianos, españoles, y portugueses) durante la década de los años 50, y ahora sus descendientes buscan refugio en la tierra de sus padres y abuelos. De acuerdo a Garbi (1991), se enfrenta el problema más complejo y dramático, pues es alarmante la gran masa de venezolanos que viaja a Norteamérica y se naturaliza, en mayores cantidades que cualquier ciudadano latino. El problema no es la fuga o la salida de personas, sino el aprovechamiento del talento que el país prepara, más aún en situación de escasez y costosa provisión de recursos humanos calificados, pues la pérdida de un profesional es de un costo incalculable para un centro de investigación o en la gerencia de una organización.

Muchas veces se ha tratado de explicar el fenómeno de la emigración como una falla del mercado laboral interno, pues según las investigaciones realizadas por Garbi (1991), es precisamente la certidumbre en torno a las expectativas tanto de la organización como de sus miembros y las oportunidades que el mercado y la economía les ofrecen a los profesionales. Según los testimonios de la investigación realizada, se ponen de manifiesto frases como "saber a que atenerse" o "sentirse en un medio con cierto nivel de certidumbre", y el trato de acuerdo a sus méritos "reconocidos por lo que valen" y no por pertenecer a determinados grupos políticos, entre otros. Según Cabrera (2005), se trata entonces de un reflejo del nivel educativo que insiste que se respete la meritocracia en la sociedad (éxito económico según las actitudes individuales). Monterrante y Malvé (2004) resumen algunas causas de la emigración de talentos: ausencia de oportunidades de empleo (ascensos, remuneraciones dignas, y desarrollo personal), inseguridad personal e incertidumbre política; los venezolanos en el exterior buscan algo más que oportunidades económicas, puesto que, por lo general, se trata de venezolanos jóvenes de ambos sexos (entre 25 y 35 años) que sienten que la crisis económica y política hace difícil su vida cotidiana.

El problema también podría tener otra causa que se relaciona con una ineficiencia del mercado laboral, por no poder absorber la masa de personas calificadas. Es decir, no se trata de que el sector productivo sea pequeño, o poco desarrollado sino que es incapaz de absorber dicha masa laboral porque no lo necesita en tanta cantidad y en la calificación ofertada, lo cual hace que el fenómeno se presente como un problema de sobre educación como estrategia personal del trabajador, empujado por el enfoque del credencionalismo y de la señalización

(Cabrera, 2005). Lo anterior es corroborado por investigadores del Instituto de Estudios Superiores en Administración (IESA) Boza y Eduardo (2003) en un análisis realizado en Venezuela en el que se indica que alrededor de los relatos de desempleados, siempre se llega al tema de la educación como estrategia personal para combatir el desempleo; para la mayoría de los entrevistados lo más importante es el estudio, tanto en jóvenes como en adultos para incrementar su poder de competencia en los mercado laborales.

Igualmente, de acuerdo con Enright, Frances y Scott (1994), para inicios de la década de los años 90, precisamente la época cuando se produce el primer éxodo, la industria venezolana tiene gran escasez de personal técnico calificado, capaces de dar mantenimiento, mantener operando a las máquinas y dominar la tecnología adquirida de otros países. La mayoría de operadores de maquinaria en Venezuela tienen un nivel de educación precario, sólo han cursado el nivel básico o menos de 6 años de educación formal, en consecuencia, tienen problemas para leer los manuales de instrucción. Por otro lado, las secretarias incurren con exagerada frecuencia en errores ortográficos; en el sector turístico (Mila, 1999), los empleados no son bilingües; y aquellos trabajadores en niveles operativos con ciertas habilidades numéricas, son casi una elite. Por el contrario, muchos profesionales universitarios no encuentran una ocupación acorde con sus calificaciones pues rebasan las necesidades del cargo (nivel técnico); por esta razón, los profesionales más especializados que han egresado de carreras de las ciencias básicas, ingeniería o los mejores estudiantes de física y matemáticas, se encuentran trabajando como docentes en las universidades. Este es un personal con una alta preparación pero muy mal remunerado en los mismos centros de investigación universitarios, pero la empresa privada no tiene la capacidad o la necesidad para absorberlos.

Según Monteferrante y Malvé (2004), la salida de venezolanos al exterior es un tema que merece ser estudiado a fondo, puesto que tal vez hoy las organizaciones venezolanas no puedan pagar o brindar la estabilidad y el desarrollo deseado por estos profesionales, pero dentro de pocos años podrían tener la necesidad de buscar personal calificado. Se trata entonces de mejorar las condiciones en que se van ha desarrollar sus carreras, lo cual significa pensar en sus necesidades y hacerlas

Coincidir con los objetivos y posibilidades de las organizaciones, poniendo énfasis en lograr una mejor vinculación entre las personas y las organizaciones existentes. Poco se hará si el tema se agota sólo al considerar los aspectos como la inseguridad personal, servicios públicos y otros. Otra alternativa es aumentar la comunicación con los estudiantes en el extranjero, y tratar de cerrar la brecha entre los niveles de vida de los profesionales en el extranjero y los venezolanos, e identificar las áreas prioritarias de estudio según las habilidades específicas requeridas para el desarrollo nacional, e incentivar y orientar a los estudiantes para que las adquiera



Gestión de empresas familiares: Factor clave para el desarrollo local


El mundo de la pequeña y mediana empresa (pyme) es un campo vagamente conocido para muchas personas, sobre todo, para aquellas que tienen bajo su responsabilidad la formulación de políticas de apoyo para el sector. Existen mitos que afectan la toma de decisiones de estas personas, sin embargo, existe un elemento aún más preocupante, y es que algunos propietarios de pequeñas empresas conservan sus propios mitos, el mayor de ellos es que creen que sus problemas son provocados por la falta de crédito y a veces incluso, piensan que es su único problema. Estudios han revelado que no es así, el problema radica principalmente en una Gestión Deficiente.

Estos mismos estudios sobre la Pyme citan con frecuencia problemas como: La caída de las ventas, la disminución de la rentabilidad, el retraso en los pagos de los clientes, entre otros. Sólo la mitad de las empresas persiguen una estrategia de especialización que busca afianzar o expandir la presencia en el mercado de sus productos tradicionales. La estrategia de especialización es más frecuente entre la Pyme de más de 500 empleados.

La Empresa Familiar

El concepto de empresa familiar suele asociarse con el de pequeñas empresas, aunque esto no sea del todo cierto, las empresas familiares forman parte del "club de pequeñas, medianas o grandes empresas", por lo que tienen los mismos problemas y padecimientos de la pyme, y cuidado sino más.

La empresa familiar tiene como grandes ventajas la simplificación, la velocidad, la confianza y el acuerdo entre los socios, pero también padece un alto nivel de exigencias económicas que requieren sus socios.

En esencia, la empresa familiar es un sistema de tres círculos, donde se superponen (total o parcialmente) la empresa, la familia y la gestión empresarial.

Los problemas de gestión que se presentan en una empresa familiar son algo diferentes de los mismos problemas en una empresa no familiar. Cuando familiares cercanos trabajan juntos, a menudo las emociones interfieren con las decisiones de negocios.

En ciertas empresas familiares, el control de las operaciones diarias es un problema. En otras, el problema está en la constante rotación de personal entre quienes no pertenecen a la familia. Otras empresas sufren porque algunos de los familiares no desean reinvertir las ganancias en la empresa, lo cual impide el crecimiento del negocio.

La presente publicación aborda ese tipo de problemas desde el punto de vista del miembro de la familia que gestiona la empresa. Ofrece sugerencias que le ayudarán a lograr una gestión eficaz y rentable.

La persona que invierte su propio dinero y opera su propia empresa aprecia su independencia. “Es mi empresa”, se dicen tanto en los buenos como en los malos tiempos.

Sin embargo, deben decir “es nuestra empresa” cuando se trata de una empresa familiar. Los conflictos a veces abundan debido a que los miembros de la familia ven la empresa desde puntos de vista diferentes.

Los familiares que son socios comanditarios, accionistas y directores sólo ven gastos cuando deben considerar los gastos de capital, el crecimiento y otras cuestiones fundamentales de la empresa. Los familiares que participan en las operaciones diarias juzgan esas cuestiones fundamentales desde el punto de vista de la producción, de las ventas y del personal necesario para el éxito de la empresa. Está claro que, en muchos casos, esos puntos de vista divergentes podrán chocar entre sí.

Esa proclividad natural al conflicto puede verse agravada por familiares que no tienen talento para las cuestiones de finanzas o de gestión. A veces son los descendientes ineptos de los fundadores de la empresa – hijos e hijas que carecen de capacidad para los negocios – y otras veces son suegros o cuñados a los que hay que dar un empleo independientemente de su habilidad o de las necesidades de la empresa.

Básicamente, los problemas de gestión que enfrenta el gestionario de una empresa familiar son los mismos que se presentan al propietario que gestiona una microempresa. Sin embargo, el trabajo del "gestionario de la familia" se ve complicado porque primero debe conciliar a los familiares con la realidad de la plaza de mercado, de la fábrica y de la contaduría

miércoles, 22 de abril de 2009

El Movimiento Sindical Venezolano en la Epoca de la Mundializacion de la transicion del Punto Fijismo al Bolivarianismo



El sindicalismo tiene en Venezuela un papel importante y cambiante en el sistema de relaciones laborales tanto en el sector público como en el privado y en el sistema político. Sin embargo, desde las concepciones hegemónicas en los medios de comunicación hay permanentes omisiones y – muchas veces – estigmatizaciones de nuestros “sindicatos realmente existentes”, más allá de los modelos teóricos en debate.

El presente trabajo se realiza en medio de una coyuntura signada por el intento de un nuevo tipo de intervención del Estado en el movimiento sindical venezolano y la reciente realización el día 3 de diciembre de 2000 de un "referéndum nacional" para convocar a una Asamblea Sindical Nacional con el objetivo de reestructurar el sindicalismo, referéndum con escasa participación popular que abre una nueva etapa de la vida del movimiento. Por nuestra parte, comenzamos desarrollando algunas propuestas metodológicas, nos referimos al período anterior, tratando de explicar los antecedentes del actual proceso, proponemos una propuesta de periodización de la reciente historia del movimiento sindical, enfocándonos en el tema de la transición, intentamos algunos aportes sobre el tema de la influencia de la mundialización y, finalmente, realizamos algunas reflexiones y propuestas sobre la actual coyuntura más que como conclusiones como ideas finales. .

Desde el punto de vista cronológico, la etapa actual comienza con la crisis de los años ochenta, "la década perdida" para América Latina. Este es el período que nos hemos detenido a analizar para el caso concreto de Venezuela.

El tiempo en el cual se enfoca en análisis (1980-2000) forma parte de dos períodos de la historia política reciente de Venezuela:

· el que se ha denominado "puntofijista" por la influencia que tuvo en él el acuerdo político entre los partidos AD, COPEI y URD después de la caída de Marcos Pérez Jiménez a comienzos de 1958 y que terminó convirtiéndose en un sistema bipartidista dominado por las dos primeras organizaciones políticas hasta que comienza su descomposición en los noventa y culmina en 1999 y

· el que podemos designar provisoriamente como "bolivariano" o "chavista", que se instaura con el triunfo electoral del "Polo Patriótico" y la votación y promulgación de la nueva Constitución (año 2000).

En el cuadro siguiente resumimos diacrónicamente las relaciones mutuas entre los cambios de la historia política (segunda columna vertical), las etapas de la evolución sindical (en la primera columna: sindicalismo “partidizado”, sindicalismo “neocorporativo” y su actual intento de reemplazo por un sindicalismo “patriótico” u “oficialista”) y (en la tercera columna) la progresiva ilegalización del conflicto como un de los ejes del proceso.

La década de los noventa: del neocorporativismo a la posible disgregación

Políticamente la década comienza, en realidad, en febrero del año anterior con el "Caracazo"

En la relación entre el Estado y las cúpulas del movimiento sindical se agudiza el neocorporativismo al punto que ello comienza a provocar su propia desintegración y se profundiza la deslegitimación de esas estructuras cupulares. Cuando asume - durante el segundo gobierno de Pérez - la directiva de la CTV encabezada por Antonio Ríos, por primera vez la juramentación la hace el Jefe del Estado. El financiamiento de muchas estructuras nacionales y locales, los locales sindicales etc. provienen del presupuesto público. La Ley Orgánica del Trabajo adopta esa tendencia neocorporativa: ¡los fondos sindicales serán fiscalizados, en última instancia, por la Contraloría General de la República según el Parágrafo segundo del artículo 442, como si fueran fondos públicos

Como parte del proceso de acelerado deterioro del Estado, los organismos financieros internacionales que financiaron la "reforma" de la seguridad social interviniendo "neocolonialmente" junto con la particiapación descarada de "expertos" de grupos financieros y en especial compañías de seguros que imponían sus criterios sobre las propuestas de los equipos gubernamentales.

La participación sindical fue patética, "intervenida" también por las promesas de un crédito para la formación sindical, las expectativas de montar sus propios negocios previsionales y la participación como asesores sindicales de "expertos" con una lógica "desreguladora" que asumen "tecnocráticamente" la representación de los trabajadores sin el mínimo mecanismo de participación real de las estructuras sindicales y, mucho menos, de los trabajadores.

A la privatización y desregulación se acompaña - en una aparente contradicción - la abusiva intervención del Estado en las relaciones colectivas, sobre todo en la represión "institucional-ilegal" de la huelga. Se dicta inconstitucionalmente un Reglamento restrictivo de la huelga, con la presunta participación sindical, aunque en descargo de los sindicalistas podemos afirmar que ningún dirigente fue realmente consultado.

Las cifras de huelgas ilegales trepan6: la ilegalización del conflicto y la agudización de la tensión social que se había desbordado a comienzos del período con el "Caracazo", deriva en una creciente anomia y un descalabro del sistema bipartidista. Las cúpulas de los sindicatos se convierten - según todas las encuestas de opinión - en la dirigencia más desprestigiada del sistema, aunque estudios serios muestran que en los sectores con tradición sindical sigue existiendo una notable identificación con la “institución” sindicato en grandes empresas como SIDOR, CANTV y CADAFE y con la dirigencia de base.(Romero, 1997a)

El período de transición.

a) La debacle del sistema bipartidista trae como consecuencia la desarticulación de los partidos tradicionales y las elecciones presidenciales del 98 con dos "outsiders" como candidatos fundamentales y el triunfo del que representaba la opción más radical frente al sistema, tanto que había intentado derribarlo por las armas. El comandante Hugo Chávez Frías, que es elegido presidente y diseña una nueva institucionalidad: la Quinta República y es relegitimado este año tras modificar la constitución.

Desde antes de la campaña electoral el actual presidente enfiló sus baterías contra "las cúpulas podridas" del sindicalismo. Sin embargo - como señala Héctor LUCENA (2000) "la CTV poco después del triunfo electoral de Hugo Chávez le envió una carta manifestándole su disposición al diálogo y ofertándole su apoyo (El Nacional 11-12-98). Un reconocimiento del nuevo escenario. La arrogancia cetevista - CTV - de otros tiempos desapareció". ¡Sin embargo, su vínculo con el Estado, no podía desaparecer!8

b) El gobierno ha pretendido desde entonces llevar a cabo elecciones sindicales “desde el Estado”, sea por intervención de la Asamblea Constituyente, de la Asamblea Nacional o – actualmente – del Consejo Nacional Electoral.

Las ideologías que predominaron en nuestros sindicatos - y en "sociedad civil" en general - han sido estatistas y ello ha contribuido a que la idea de libertad y autonomía sindical esté escasamente enraizada entre nosotros, en nuestras prácticas, en la conciencia de la mayoría de los trabajadores.(Iturraspe, 1999)

Pero el conjunto del movimiento sindical, desde su inicio y, a diferencia de otras experiencias más tempranas de otros países con influencia anarquista, tuvo una fuerte vinculación con las ideas y las organizaciones marxistas, nacional reformistas que devinieron en socialdemócratas, o cristianas, pero en general con un fuerte contenido estatista, dentro del esquema del Estado de bienestar de postguerra primero y del esquema neocorporativo después.

Ahora bien, dentro de este panorama no puede extrañarnos que las normas propuestas con ánimo democratizador, en muchos aspectos, sean contrarias a la idea de autonomía sindical, lo contrario más bien debería sorprendernos.

c) Sin embargo, el esquema adoptado por la nueva constitución en la materia establece en forma amplia las bases de un régimen de libertad sindical.

Por ello, en nuestras discusiones se le suele dar mucha importancia al hecho si las propuestas de democratización se ajustan o no a las normas internacionales (y a la Constitución que les otorga el más alto nivel jurídico). Si bien esto es importante para el Estado de Derecho, lo más importante es definir si este tipo de medidas “desde arriba” pueden contribuir a la regeneración del sindicalismo como factor fundamental de una sociedad y de una economía democráticas.

Para ello debemos comprender que el sindicato no es parte del Estado, que hay que respetar los espacios de la sociedad civil. Y lo primero que el Estado debe garantizar, desde ese punto de vista, es la autonomía sindical: la democracia sindical será obra de los propios trabajadores. Este es el esquema adoptado por la Constitución del 99

El Movimiento Sindical ante la Nuevas Formas de Organizacion del Trabajo



En el 2007, la Confederación Sindical Internacional (CSI) emitió una declaración pública de apoyo al Día Mundial de Acción del Foro Social Mundial, prevista para el 26 de enero de 2008. Se trata de un avance para un movimiento que data del siglo XX, o aun del XIX. En 1995, las organizaciones predecesoras de la CSI se habían manifestado indignadas por su exclusión de la plataforma gubernamental en la Cumbre Social de las Naciones Unidas. Esto significó su marginación entre ONG a las que consideraban autodesignadas, sin representatividad y sin deber de rendir cuentas ante sus miembros. Hoy en día, la Confederación parece considerarse parte de la sociedad civil mundial y del movimiento mundial por la solidaridad y la justicia. Además, en su declaración, alienta a los sindicatos a formular sus propias ideas para sus jornadas de movilización el día 26.

Aunque la CSI y sus predecesoras la CIOSL y la CMT (respectivamente, la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres y la Confederación Mundial del Trabajo, que se fusionaron a fines de 2006) se han hecho presentes en eventos del FSM, tanto a escala mundial como regional y local, no han logrado una convocatoria demasiado importante. Los sindicatos internacionales en general realizan sus propios mini eventos previos, u organizan sus propias tiendas o áreas dentro del Foro general. Sin embargo, esto no les ha impedido a esos sindicatos ni a algunas de sus filiales incorporarse al Consejo Internacional del FSM o a sus subcomités. Este año, parece que su plan es tener un papel de apoyo y no de representación general.

La CSI y los sindicatos y ONG internacionales relacionados no se han destacado por su relacionamiento con otros grupos presentes en el FSM. En el Foro de Nairobi, en 2007, promovieron el “trabajo decente” como si fuese la única respuesta a los múltiples problemas laborales del mundo. La filial de la CSI en Kenia trató incluso de condicionar la asistencia de los sindicatos a la adopción de esa consigna en el Foro.

Alternativas sindicales son aún marginales

Una búsqueda en el sitio oficial del FSM realizada 15 días antes del Día de Acción Global demuestra que las iniciativas y las cuestiones sindicales son todavía marginales. Las palabras clave aparecen por aquí y por allá, pero la única actividad específica del movimiento sindical se encuentra en la pequeña ciudad de Vermont, Estados Unidos, y se llama “Hacia la construcción de un movimiento por la justicia laboral” (http://www.wsf2008.net/eng/node/2081). El evento propuesto se describe como “una gran reunión para que trabajadores, estudiantes, educadores y proveedores de atención de la salud construyan un movimiento por los derechos de los trabajadores, salarios dignos, justicia económica, atención médica de calidad para todos y solidaridad mundial”.

Cabe esperar para el día 26 otros talleres o actividades independientes de grupos de defensa de los trabajadores. Y también que los sindicatos tradicionales, nacionales e internacionales, respondan al llamado de la CSI. Si lo hacen, quizá puedan superar la ambigüedad de su campaña por el trabajo decente.

¿Viejas o nuevas “alianzas sociales”?

El problema con la campaña del trabajo decente es que no fue en realidad una iniciativa sindical sino de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y específicamente de su director, Juan Somavía, el hombre responsable por la fatal (o crucial) conferencia de 1995. La campaña busca el regreso a una utopía fracasada: el estado de bienestar capitalista de Europa occidental en la segunda mitad del siglo XX. Con la globalización, claro, esto implica una “alianza social” entre el trabajo, el capital y los gobiernos u organizaciones intergubernamentales. Tanto en forma como en contenido, el trabajo decente revela la continua dependencia del sindicalismo internacional con respecto a poderes superiores benignos. Tal dependencia choca en cierto modo con el espíritu del FSM, orientado a la creación de autonomía desde abajo.

La presencia o ausencia de sindicatos en el Día Global de Acción merece ser analizada. El sindicalismo pasa actualmente por su peor crisis histórica, pero a la vez cuenta con mayor innovación y variedad de la que ha tenido en muchas décadas, posiblemente en un siglo. Por lo tanto, dentro de las Américas (¡que incluyen a Vermont!), el proceso de unificación sindical internacional ha sido acompañado de una considerable discusión y al menos de una nueva iniciativa, la Plataforma Laboral para las Américas (http://www.gpn.org/research/orit2005/index.html). Esta plataforma, aunque mantiene la tradición gradualista, parece ir más allá que la campaña por el trabajo decente, y exhorta a: fortalecer la democracia y alcanzar el pleno respeto por los derechos humanos; ampliar los canales de participación ciudadana en la toma nacional e internacional de decisiones; alcanzar la justicia social; integrar la perspectiva de género en todas las políticas; eliminar toda forma de discriminación por motivo de raza, etnia, religión u orientación sexual; establecer el pleno empleo como base para el desarrollo sostenible; asegurar que ningún hombre, mujer ni niño sea excluido de la sociedad, y reconstruir la capacidad de los gobiernos de tomar medidas proactivas.

En un reciente artículo sobre “estrategias de organización sindical de la nueva ola” (http://uin.org.uk/content/blogsection/10/125/), Anthony Ince identifica las siguientes tácticas: nuevas formas de organización sindical, sindicalismo de red (por ejemplo el sindicalismo social y comunitario y el sindicalismo radical) y nueva organización de trabajadores (centros de trabajadores, redes de solidaridad y “ciber sindicalismo”). Esto nos ofrece una idea de la variedad del sindicalismo contemporáneo, aunque no necesariamente esta variedad estará representada en el Día de Acción Global. Y aunque el movimiento sindical crece en el Sur Global y hay en el poder varios gobiernos “amigos del sindicalismo”, especialmente en América Latina, no se nota una voz unida del sindicalismo del Sur en organismos sindicales internacionales ni en el propio FSM.

Nuevas voces de los trabajadores, en línea

La voz de la mayoría de los trabajadores, no sindicalizados, lentamente comienza a hacerse oír en el FSM. Y no solo a través de seguidores del Foro de la primera hora como Vía Campesina, la organización de trabajadores rurales, o StreetNet, la red de vendedoras callejeras. Es a través de iniciativas amigas de los sindicatos pero autónomas, algunas de ellas inspiradas por las prácticas del FSM y el movimiento global por la justicia.

Estas nuevas fuerzas tienden a integrarse en red y a funcionar a través de Internet. Se hicieron oír (aunque en forma marginal y tentativa) en el FSM de 2006, en Nairobi. Y pueden hacerse oír nuevamente el próximo 26 de enero. Pero es más probable que aparezcan en el Foro Social Europeo que se celebrará en Malmo, Suecia, el próximo septiembre (ver http://www.esf2008.org/en/proposal/) o incluso en el propio FSM, en Belén, Brasil, en enero de 2009. También están presentes en nuevos sitios Web y listas electrónicas, como Labour and Globalisation (http://openesf.net/projects/labour-and-globalisation/lists), Global Labour Strategies (http://laborstrategies.blogs.com/ global_labor_strategies/about_us/index.html), y la red ya mencionada Union Ideas Network /http://uin.org.uk/component/ option,com_frontpage/Itemid,1/).

Hacia una carta de emancipación y un espacio en el FSM

Aunque se están desarrollando nuevas estrategias, nuevos movimientos (muchas veces con nuevos tipos de trabajo) y aun nuevos espacios para un moderno tipo de lucha internacional de los trabajadores, el movimiento sindical todavía no tiene gran repercusión ni fuerza dentro del FSM, como sería necesario tanto para los trabajadores como para el propio Foro. El punto de comparación aquí es, obviamente, la posición de las mujeres y del feminismo dentro del FSM. El sindicalismo podría tomar ejemplo de dos iniciativas de mujeres, como los Diálogos Feministas (http://feministdialogues.isiswomen.org/) y la Carta Mundial de las Mujeres para la Humanidad (http://www.worldmarchofwomen.org/qui_nous_sommes/charte/ en). La primera representa un diálogo sobre ideas y estrategias; la segunda, una campaña pública. Ambas están inspiradas por el FSM y comprometidas críticamente con él. No sé cómo ni dónde las mujeres se harán presentes en el Día Global de Acción, pero seguramente estarán más presentes que los sindicatos. Es hora de que el trabajo organizado recupere terreno.





sábado, 18 de abril de 2009

Sobreexplotacion del Trabajo Femenino en Venezuela



En el mercado laboral se suman ladesvalorización y descalificación de la mujer propias de las sociedades patriarcales. Laincorporación de la mujer en el trabajo es un hecho relativamente reciente, incluso en lospaíses desarrollados, Neffa (1990) da cuenta de cómo en los inicios del fordismo se consideraba innecesaria la incorporación de la mujer en el trabajo industrial. La mujer estaba condenada a las tareas o funciones femeninas asociadas al trabajo doméstico o labores de carácter asistencial.
En el caso de la mujer latinoamericana su inserción laboral ha estado condicionada por los modelos de desarrollo. En la fase de industrialización por sustitución de importaciones la presencia femenina era poco menos que relevante, es a mediados de los ochenta que esta incorporación se hace más notoria, destacándose en las últimas décadas un fuerte proceso de tercerización del trabajo femenino en gran parte de la región. Tal como señalan Godinho y Balcao (1903), en 1980, el 65.2% de la mano de obra femenina se
desempeñaba en el sector terciario, en relación a un 33,6 masculino. De Oliveira (2000) señala que en la fase de industrialización las principales ocupaciones de las mujeres se ubicaban en el sector doméstico, ventas, textiles y pequeños talleres; mientras que en la fase de reestructuración productiva la mano de obra femenina se desplaza del sector productivo al terciario.
Esta tercerización esta asociada a oficios que se interpretan culturalmente y se
esteriotipan como “propio de mujeres”, tales como cocinar, lavar, educar, atender al público y o administrar organizaciones simples. Históricamente se establece una caracterización o un perfil de las mujeres y los hombres en los oficios y profesiones. Las mujeres se asocian con la disciplina, la monotonía, las tareas simples y sencillas, así mismo se consideran idóneas para las llamadas profesiones “fáciles” como educación, relaciones industriales. Mientras que los hombres se asocian a tareas complejas, creativas, profesiones difíciles y que requieren mucho esfuerzo intelectual o físico. Lo
femenino es lo simple, lo fácil, lo tonto y lo masculino es lo complejo, lo difícil y lo serio.Desde el punto de vista laboral esto tiene sus consecuencias, culturalmente se forma un
criterio de las profesiones y su remuneración, y obviamente, las tareas y profesiones que se consideran “femeninas”, serán las peores remuneradas. Del mismo modo se genera una falsa conciencia en las mujeres, incluso en aquellas con nivel educativo quienes internalizan la cultura patriarcal y la de subordinación. Así lo demuestra una exploración realizada recientemente en un Instituto de Educación Superior Venezolano, en él se pudo
comprobar que el 80% de los estudiantes de carreras como Educación, Administración de Empresas y Relaciones Industriales son mujeres, y frente a la pregunta de por qué escogían la carrera respondían que por considerarlas fáciles y apropiadas para su condición femenina. Mientras que el 77 % de los estudiantes que escogen carreras deIngeniería o Computación son varones. Respondiendo que su selección obedecía a que la consideraban una profesión propia de hombres.



“Las mujeres ganan en promedio el 64% de lo que ganan los hombres. La brecha de ingresos es más acentuada entre las ocupadas en el sector informal (que perciben el equivalente al 52% de los ingresos masculinos) y las que tienen altos niveles de escolaridad.”
Así mismo refiere: “Las mujeres necesitan un nivel de escolaridad significativamente superior al de los hombres para acceder a las mismas oportunidades de empleo: cuatro años más para obtener el mismo ingreso y dos años más en promedio para tener oportunidades similares
de acceder a una ocupación formal.”
En el caso venezolano señala la OIT que es uno de los países de la región en el que se observa una profundización de esta brecha salarial entre los géneros.

El sector más afectado por la aplicación de políticas de ajuste y estabilización en Venezuela es el femenino; el enfoque neoliberal del trabajo se sustenta en la contracción del salario real y en la desregulación de los sistemas laborales. Los efectos de estas medidas se traducen en informalización, tercerización, precarización y flexibilización del trabajo femenino.
En el actual contexto de las naciones periféricas, se agudizan las contradicciones entre los sexos y se reproduce y profundiza la división sexual del trabajo. La regresiva distribución del ingreso que generan estas sociedades termina por agudizar las contradicciones de género, descargando responsabilidades sobre la mujer y desvalorizando los oficios y saberes representados mayoritariamente por mujeres.
La sobreexplotación de las mayorías femeninas tiene su explicación en las limitaciones estructurales de nuestro capitalismo periférico caracterizado por un modelo económico desigual y segregativo. Así mismo, se explica por la reproducción superestructural de la ideología patriarcal que refuerza la subordinación y discriminación de la mujer.

Reforma de la Seguridad Social en Venezuela


El Estado debe ejecutar determinadas políticas sociales que garanticen y aseguren el bienestar de los ciudadanos en determinados marcos como el de la sanidad, la educación y en general todo el espectro posible de seguridad social. Estos programas gubernamentales, financiados con los presupuestos estatales, deben tener carácter gratuito, en tanto son posibles gracias a fondos procedentes del erario público, sufragado a partir de las imposiciones fiscales con que el Estado grava a los propios ciudadanos. En este sentido, el Estado de bienestar no hace sino generar un proceso de redistribución de la riqueza, pues en principio, las clases inferiores de una sociedad son las más beneficiadas por una cobertura social que no podrían alcanzar con sus propios ingresos.
En este Sistema se engloban temas como la
salud pública, el subsidio al desempleo, o los planes de pensiones y jubilaciones y otras medidas que han ido surgiendo en muchos países tanto industrializados como en vías de desarrollo desde finales del siglo XIX para asegurar unos niveles mínimos de dignidad de vida a todos los ciudadanos e intentar corregir los desequilibrios de riqueza y oportunidades.
La Seguridad Social Integral protege a los habitantes de la República, de las contingencias de enfermedades y accidentes, sean o no de trabajo, cesantía, desempleo, maternidad, incapacidad temporal y parcial, invalidez, vejez, nupcialidad, muerte, sobrevivencia y cualquier otro riesgo que pueda ser objeto de previsión social, así como de las cargas derivadas de la vida familiar y las necesidades de vivienda, recreación que tiene todo ser humano.
La Seguridad Social debe velar porque las personas que están en la imposibilidad sea temporal o permanente de obtener un ingreso, o que deben asumir responsabilidades financieras excepcionales, puedan seguir satisfaciendo sus necesidades, proporcionándoles, a tal efecto, recursos financieros o determinados o servicios"
En el artículo 86 de la Constitución Nacional se establece que toda persona tiene derecho a la Seguridad Social como servicio público de carácter no lucrativo que garantice la
salud y la protección ante las contingencias, artículo además enmarcado dentro del Capítulo referente a los derechos sociales y de las familias.
Los artículos 83,84 y 85 establecen el derecho a la salud y la creación de un sistema público nacional de salud integrado al sistema de seguridad social, en base a ello es que se enrumban los objetivos del Sistema de Seguridad Social.
La inflación. Casi por definición podría decirse que ningún sistema de seguridad social puede ser viable si existe una elevada o persistente inflación, pues no hay forma de hacer rendir fondos que se van depreciando constantemente. Por ello el gobierno debería garantizar que el control, o más exactamente, la eliminación de la inflación, se lleven efectivamente a cabo.Venezuela parece estar a punto de dar un viraje en un tema que no sólo es importante por sus repercusiones directas sino también por las indirectas: un adecuado sistema de AFPís y de seguros de salud puede favorecer enormemente la recuperación del deterioro social que tenemos, aumentar considerablemente el ahorro y la inversión privadas y atraer, por su estabilidad, un caudal importante de inversiones extranjeras. De lo que suceda en los próximos meses dependerá si seguimos recorriendo el camino de la frustración nacional o avanzamos —a pesar de los fuertes intereses que se oponen— hacia la verdadera modernización del país.

viernes, 17 de abril de 2009