domingo, 5 de julio de 2009

Desarrollo y Fortalecimiento de las PyMIS y cooperativas por medio de las compras del sector publico


El objetivo de la estrategia de desarrollo industrial, que se fundamenta en la búsqueda de la transformación del aparato productivo en condiciones de equidad y competitividad. En este sentido, las líneas estratégicas a a seguir son:

  • Fortalecimiento de las pequeñas y medianas industrias y empresas (PyMIs/PyMEs) así como de la microempresa y cooperativas, como dinamizadoras del sector industrial y de la economía en general.
  • Desarrollo de cadenas productivas
  • Estímulo a la inversión privada.

La política industrial buscará el desarrollo de una Industria competitiva, basada en la concertación de sus agentes, el impulso a grupos mixtos de concertación y una reformulación de los esquemas de desarrollo productivo que los potencie, generando la sinergía buscada, a través del desarrollo de la industria de procesos y sus sectores conexos.

Estas políticas tienen por finalidad generar una estructura industrial de mayor diversificación, especialización, valor agregado nacional y con mayor capacidad de empleo.

Por otra parte, se impulsará una serie de políticas complementarias que coadyuvan al desarrollo de las PYMI´s y cadenas productivas, entre las que se destacan:

  • Política de financiamiento y garantías.
  • Desarrollo y transferencia tecnológica.
  • Desarrollo empresarial y de recursos Humanos
  • Reforma institucional.
  • Sistema de información industrial.
  • Sistema de certificación, calidad, normalización y metrología.
  • Promoción e inducción de infraestructuras logísticas de servicios de apoyo a la producción.
  • Política comercial, de promoción de exportaciones e inteligencia de mercados.
  • Política de privatización.

Política de financiamiento para el sector industrial.

Contempla facilitar el acceso de PYMIs/PYMEs al crédito bancario, unificando los organismos financieros del Estado, a fin de manejar un fondo único global que incluya asistencia técnica financiera y canalice recursos a través del sistema financiero nacional para apoyar el desarrollo del sector industrial y propiciar la creación de un sistema nacional de garantías recíprocas, el cual conjuntamente con las corporaciones y fondos regionales de desarrollo prestarán asistencia integral al sector.

En ese sentido, las medidas a aplicar son las siguientes:

  • Dictar normas para crear el Sistema Nacional de Garantías Recíprocas para la pequeña y mediana industria, con el propósito de mejorar la capacidad de negociación de las sociedades de garantías recíprocas, fomentar el desarrollo de las sociedades de garantías recíprocas regionales, regular la constitución de sociedades reafianzadoras y establecer el marco regulatorio y de supervisión de dichas sociedades.
  • Dictar normas que regulen los entes financieros relacionados con el desarrollo industrial y la promoción de exportaciones, con el propósito de reestructurar los esquemas de refinanciamiento para el desarrollo industrial y promoción de exportaciones, con vista a su unificación y con el objeto de lograr una mejor ejecución en la asistencia crediticia.


Viabilidad de la solidaridad organizacional como herramienta de supervivencia en la realidad actual


En todas las organizaciones existen controles: de tiempo pasado en el trabajo, de rendimiento, de resultados, informes de gastos, auditorías… Es algo normal, y a casi nadie le extraña que esto suceda. Al fin y al cabo, en estructuras complejas es necesario contar con mecanismos que sirvan para conocer si todo funciona como debería… o no.

Este control, además, es cada vez más sencillo: casi todos los datos e información con los que trabajamos son digitales, pueden recolectarse de manera sencilla y su tratamiento y presentación posterior tampoco presenta demasiados problemas.

Parecía claro que, por tanto, tenía que acabar apareciendo un conjunto de herramientas que nos permitiera conocer casi en tiempo real el funcionamiento de las estructuras que entre todos hemos acordado que nos gobiernen. Porque, al fin y al cabo, ¿quién vigila al vigilante?

El mundo empresarial ha estado muy atento a los resultados obtenidos tras esta reunión, ya que la presencia de la informatización en el comercio, si bien ha favorecido el desarrollo de un gran número de facilidades en el manejo, control y aparición de nuevas operaciones de negocio, también ha dado lugar a que existan mayores riesgos de ataques externos a la empresa, como los efectuados por hackers en los equipos informáticos y redes de comunicación de las organizaciones. De la misma forma, cabe destacar que algo tan simple como un apagón puede ser un evento drástico para una empresa poco preparada y que le lleve hasta el cierre de la compañía, por lo que éstas deben prepararse a conciencia con el fin de evitar que errores informáticos, ataques o cualquier otra desgracia pueda impedir el desarrollo correcto del comercio.

Así, tras esta reunión ha quedado claro que las empresas se encuentra cada vez más protegida a efectos de seguridad informática, ya sea a nivel de software como en el hardware utilizado y el cuidado en el acceso a uno y otro por motivos de preservar la ingente cantidad de información que se maneja a diario por empresas de todo el mundo.

Si en épocas pasadas el espionaje industrial se realizaba a través de espías físicos que se infiltraban o robaban de forma directa la información que buscaban, hoy en día estas operaciones se realizan de una manera mucho más rápida y sencilla, así como también de forma muy encubierta. Por ello, la seguridad resulta absolutamente necesaria. La presencia de los hackers es algo que se debe asumir y luchar para que no se acceda de forma ilícita a la información de las empresas, por lo que los empresarios se conciencian cada vez más de la necesidad de contar con sistemas de seguridad, copias de la información, vigilancia especializada, etc.

Lejos queda el día en que exista la certeza de una absoluta protección, y quizás ni siquiera llegue a ocurrir, pero lo que sí queda claro es que hoy por hoy, resulta más complejo acceder a la información protegida por los métodos tecnológicos ideados para este fin, lo que ofrece esperanza para la tranquilidad de los datos controlados por las empresas de todo el mundo.

A la hora de afrontar un negocio, una de las prácticas habituales es pedir el consejo de amigos, familiares o colegas del sector de mercado, y todo a fin de conocer la opinión variada de cómo desenvolverse en este universo. Así pues, lo mejor para aprender a superar los posibles obstáculos o eventualidades que pudieran darse lugar en cualquier proceso de trabajo, iniciativa, proyecto o idea de negocio es la experiencia de alguien que ya haya pasado por esa experiencia. Pero como en la innovación y la creatividad, lo primordial es que sea un concepto innovador y no realizado antes, esta tarea de saber qué pasará resulta mucho más dificultosa de lo que puede parecer a priori.

Hay que tener en cuenta que, si ese emprendedor no dispone de los contactos adecuados, puede que esa información sea insuficiente, dando lugar a un conocimiento escaso de lo que se va a encontrar en esa nueva aventura empresarial. Una buena forma de orientar el negocio es a través de lo que se conoce como “Buenas Prácticas”.

Las “buenas prácticas se refieren al conjunto de orientaciones, experiencias, consejos y reglas que se ponen al servicio de las instituciones y empresas con el objeto de llevar a cabo una planificación, diseño, desarrollo y ejecución que aseguren una mejor consecución de los procesos de trabajo, así como una eficiencia mucho más cuidada y rentable. Este concepto se puede ver como una forma de aportar ese porcentaje de competitividad, lo que sería de gran ayuda para mejorar algunos aspectos comerciales, técnicos, de gestión o económicos de la empresa.

Esta aplicación del conocimiento disponible para la utilización de herramientas y recursos a favor de la empresa se establece en forma de viabilidad económica y estabilidad social, así como asegurando un futuro empresarial positivo. Así, se corrigen los aspectos externos de los procesos de producción, así como la implicación directa e indirecta con los agentes endógenos y externos y que afectan a la viabilidad de un negocio en todos sus aspectos.

De hecho, esta actividad es totalmente válida para establecer nuevos métodos de realizar las actividades. Resulta muy interesante tener en cuenta estas premisas a fin de esclarecer todas aquellas dudas que puedan surgir en cualquier organización, por lo que cada una de estas organizaciones debería tener sus propias buenas prácticas, ya que cada caso es totalmente diferente a los demás y no se puede generalizar en este sentido.